Querido Amor,
Permíteme que te escriba esta carta, contándote mis miedos y mis ilusiones.
Llevaba tiempo queriendo escribirte, porque quería decirte lo mucho que te aprecio y te valoro. Y también quería demostrarte lo que significas para mí. Lo que siento cuando te tengo dentro, y a lo que intento aspirar, para tenerte cerca.
En primer lugar, quiero que sepas que creo en ti, porque creo que las personas estamos hechas de amor.
Tal vez te suene ridículo, pero tú y yo sabemos que en el fondo no solo somos células y agua. ¡Más quisieran los animales!
Somos mucho más que eso. Somos personas. Personas con ideas, con sentimientos, con ilusiones, con emociones, y sobretodo, con muchas ganas de sentirnos bien. Por eso creo que hay amor en todas las sociedades, y en todos los ecosistemas, no solo en la vida humana, sino también en la naturaleza.
A si que dicho esto, otra vez, podemos volver a la pregunta que me asalta siempre: ¿Qué eres Amor? Pues estamos en las mismas, dependerá de cada persona, de cada mundo. Sí, cada mundo, porque lamentablemente nuestro "mundo" está dividido en otros muchos, mejores y peores. Y, dependerá a su vez de nuestras creencias e ideales, tal vez religiosas, espirituales o culturales...
Y amigo mío, igual esto no lo piense nadie, aunque seguro que alguien habrá, también defiendo que el amor no entiende ni de géneros, ni de dinero, ni de religiones, ni de nada de eso.
Y te pondré un ejemplo de porque creo en esto. Los niños. Deben de ser las personitas más adorables y sinceras que verás nunca.
Si comparas a los niños de diferentes partes del planeta en sus primeros años, verás que no hay diferencias respecto a comportamientos humanos. Somos cariñosos y bondadosos.
Y ahora me dirás que menuda locura, que los niños no son así realmente.
¡Pero estás equivocado! Sí lo son, los niños, siempre hemos sido y seremos así.
Y claro, me preguntarás, qué entonces como es posible que esos niños se conviertan luego en personas "malas", que cometen delitos, que son maleducadas, odiosas...
Pues te diré amor, que esto ocurre por culpa de los que nos rodean en ese momento. Ocurre por la maldad y la violencia que vemos todos los días ante nuestros ojos. Ocurre ante tú falta. Ante la existencia de un mundo mejor e inalcanzable, ante la idea de la perfección...
Pero bueno, que nos desviamos Amor, continuaré con el motivo de esta carta.
Quería decirte que tengo miedo de este mundo. Porque cada día veo más penurias y menos valentía.
Y temo a la extinción de la sociedad tal como la conocemos, porque las personas no sepamos apreciarte como te mereces. Es mi mayor miedo, que las personas no te reconozcamos cuando más estés presente.
...
Y es que aunque no lo creamos, siempre estás a nuestra vera.
Tristemente, muchas veces no sabemos verte o apreciarte.
Y además, aún no sé por qué siempre te asociamos solo a las relaciones de pareja, pero es que eso es una ¡tontería!. Estás allí dónde te queramos tener. En las relaciones de amistad, en nuestras familias, en las personas que nos rodean, nos conozcan o no, estás también en esos atardeceres desde el banco de al lado de casa, en los aromas, en las sonrisas, y sobretodo, y el que creo que algunos menos valoran, es que estás siempre dentro de nosotros mismos, el amor por nosotros mismos. ¡Y qué fantástico que eres Amor!. Estoy encantada de poder contar contigo siempre, y más aún de poder compartirte.
Ojalá pudieran llegar a conocerte todos en este mundo, porque muchas cosas cambiarían a mejor.
¡Tal vez sería un sueño demasiado idílico! Pero ya lo dice el refrán, que soñar es gratis. A si que, ¡Qué mejor objetivo de vida hay, que seguir soñando con esa idílica idea!. Y no solo eso. Mejor qué eso es compartirte hasta que me muera.
Se van a enamorar tanto, que ya no van a saber cómo volver a vivir sin ti.
Así pues querido Amor, me despido de ti.
Espero que la carta te agrade, pero sobretodo, ¡No dejes de escribirme nunca!
Con mucho cariño,
María Sanjuanbenito Sanagustín.
miércoles, 21 de diciembre de 2016
domingo, 16 de octubre de 2016
¿Felicidad?
Esto que quiero compartir con vosotros no quiere decir que sea lo que crea conveniente para todo el mundo, porque yo no escribo para decirle a las personas que me leen como deberían vivir, sentirse, reír... Yo escribo para compartir mis sentimientos y mis ideas con todos aquellos que se sientan identificados, y también con los que no, ya que la vida se puede vivir desde muy distintas maneras.
¿Qué es la felicidad? Esa es la pregunta que llevo haciéndome mucho tiempo.
Muchas veces me pregunto, si realmente existe la felicidad como tal, o si es un simple concepto que hemos creado los seres humanos para intentar definir un sentimiento, o un estado con el que nos sentimos a gusto, pero que creemos que solo sabemos expresar mediante esa palabra.
He querido responderme a esta pregunta, preguntando a muchas personas distintas la misma pregunta: ¿Qué es para ti la felicidad? Permitiendo a esas personas que me lo intentaran hacer ver mediante cualquier cosa. Desde un recuerdo, hasta una persona en concreto.
A si que espero poder hacer que os veáis un poquito identificados todos los que me habéis ayudado.
La felicidad,
La felicidad es tan amplia como el agua de los océanos, sí, es tan profunda como nuestros corazones. Es ese "estado" de armonía, de igualdad, de cariño, de alegría, de pasión, de fervor, de aceptación, de belleza, de comprensión, de amor, de lucidez, de compañerismo, de sentido, de aventura, de locura, de ternura, de admiración, de satisfacción con uno mismo, de concordancia entre la mente, la labia y las acciones, de sentido en la vida, de sentirse lleno con uno mismo, de hacer buenas acciones cada día, de compartir...
Es aquella sensación que recorre nuestro cuerpo como el cosquilleo de un enamorado, aquel sentimiento que nos hace reaccionar sonriendo, mejorando, actuando diferente, pensando, aventurándonos, haciendo locuras, bailando, gritando...simplemente alegrándonos.
La felicidad puede expresarse de diversas maneras, no se manifiesta únicamente desde una misma idea. Constituye un conjunto de hechos, de detalles, de viajes, de aprendizajes...
Puede que la felicidad sea tan solo disfrutar de una puesta de sol, o tal vez de pedalear kilómetros y kilómetros evadiéndote, o de estar con una persona, de tener una persona especial en nuestro día a día, tal vez se produzca solo cuando hacemos cosas que nos gustan, o cuando creemos hacer bien las cosas sabiendo que hemos luchado por ellas, o quizás solo sea un gesto, un detalle matutino, un buenos días o un por favor, puede que sea una sorpresa de alguien de quién nunca te la esperarías, o una palabra, quizás una imagen, un icono, o sencillamente un nuevo comienzo.
Quizás solo sea salud y bienestar, lo que suelen llamar tradicional, tener una familia que te quiera y te respete, y unos buenos amigos en los que puedas apoyarte, una madurez para ser capaz de equivocarte en la vida y seguir hacia adelante.
Pero yo también creo que la felicidad no siempre surge de algo exterior a nosotros, sino que surge de nosotros mismos. De nuestras decisiones, nuestros buenos y malos momentos, nuestras reflexiones, nuestras corazonadas, nuestras ganas de saber más, de luchar aún teniendo todas las cartas en contra, de demostrarnos a nosotros mismos lo que valemos, y las tantísimas cosas increíbles que pueden salir de nosotros.
Yo creo que la felicidad empieza en uno mismo, en quererse tal y como se es, en ser capaz de tener esa armonía con nuestros propios actos, sin necesitar a otros para poder sentirnos felices.
Y esto es universal, por cada persona que existe en la Tierra, hay una oportunidad de sentirse así, de encontrarnos a nosotros mismos y de descubrir con el tiempo aquello que de verdad nos produce ese cosquilleo, esa sonrisa que aparece en nuestros rostros...
Y luego hay, una cosa esencial para sentirnos así, se llama compartir. Como decía por ejemplo Shotta "La felicidad, si ya la tienes compártela, y si no, no vale na" Y yo estoy de acuerdo con esto. Porque si tengo la suerte de considerarme una persona feliz, porque no compartirlo con aquellas personas que no se sienten así. Quizás cambies una vida, por ser amable con una persona, o quizás te conviertas en un héroe por intentar ayudar a cambiar la vida de algunas personas, quizás tan solo sea suficiente con sonreír todos los días, con ser educado, o con ser uno mismo.
La felicidad, no tiene por qué ser un estado a largo plazo, puede cambiar cada día de nuestras vidas. Porque cada día es diferente, y cada segundo que pasa nos enfrentamos a una nueva realidad, a un nuevo obstáculo. Porque somos capaces de tomar nuestras propias decisiones, y de ver en cada momento lo que creemos necesitar. Esto es a lo que llamamos irracionalidad humana, nuestra naturalidad más pasional.
Y como conclusión, sobre que es la felicidad, creo que no existe una definición universal. Cada persona la vive y la siente a su manera, la manifiesta consciente o inconscientemente como le sale, porque cada uno de nosotros somos diferentes. Y creo que los seres humanos hemos creado ese concepto abstracto de "felicidad" porque es algo que nos sobrepasa, que no creo que supiéramos definir con palabras.
Ya que las palabras no son suficientemente bastas como para abarcar tantas sensaciones diferentes.
¿Qué es la felicidad? Esa es la pregunta que llevo haciéndome mucho tiempo.
Muchas veces me pregunto, si realmente existe la felicidad como tal, o si es un simple concepto que hemos creado los seres humanos para intentar definir un sentimiento, o un estado con el que nos sentimos a gusto, pero que creemos que solo sabemos expresar mediante esa palabra.
He querido responderme a esta pregunta, preguntando a muchas personas distintas la misma pregunta: ¿Qué es para ti la felicidad? Permitiendo a esas personas que me lo intentaran hacer ver mediante cualquier cosa. Desde un recuerdo, hasta una persona en concreto.
A si que espero poder hacer que os veáis un poquito identificados todos los que me habéis ayudado.
La felicidad,
La felicidad es tan amplia como el agua de los océanos, sí, es tan profunda como nuestros corazones. Es ese "estado" de armonía, de igualdad, de cariño, de alegría, de pasión, de fervor, de aceptación, de belleza, de comprensión, de amor, de lucidez, de compañerismo, de sentido, de aventura, de locura, de ternura, de admiración, de satisfacción con uno mismo, de concordancia entre la mente, la labia y las acciones, de sentido en la vida, de sentirse lleno con uno mismo, de hacer buenas acciones cada día, de compartir...
Es aquella sensación que recorre nuestro cuerpo como el cosquilleo de un enamorado, aquel sentimiento que nos hace reaccionar sonriendo, mejorando, actuando diferente, pensando, aventurándonos, haciendo locuras, bailando, gritando...simplemente alegrándonos.
La felicidad puede expresarse de diversas maneras, no se manifiesta únicamente desde una misma idea. Constituye un conjunto de hechos, de detalles, de viajes, de aprendizajes...
Puede que la felicidad sea tan solo disfrutar de una puesta de sol, o tal vez de pedalear kilómetros y kilómetros evadiéndote, o de estar con una persona, de tener una persona especial en nuestro día a día, tal vez se produzca solo cuando hacemos cosas que nos gustan, o cuando creemos hacer bien las cosas sabiendo que hemos luchado por ellas, o quizás solo sea un gesto, un detalle matutino, un buenos días o un por favor, puede que sea una sorpresa de alguien de quién nunca te la esperarías, o una palabra, quizás una imagen, un icono, o sencillamente un nuevo comienzo.
Quizás solo sea salud y bienestar, lo que suelen llamar tradicional, tener una familia que te quiera y te respete, y unos buenos amigos en los que puedas apoyarte, una madurez para ser capaz de equivocarte en la vida y seguir hacia adelante.
Pero yo también creo que la felicidad no siempre surge de algo exterior a nosotros, sino que surge de nosotros mismos. De nuestras decisiones, nuestros buenos y malos momentos, nuestras reflexiones, nuestras corazonadas, nuestras ganas de saber más, de luchar aún teniendo todas las cartas en contra, de demostrarnos a nosotros mismos lo que valemos, y las tantísimas cosas increíbles que pueden salir de nosotros.
Yo creo que la felicidad empieza en uno mismo, en quererse tal y como se es, en ser capaz de tener esa armonía con nuestros propios actos, sin necesitar a otros para poder sentirnos felices.
Y esto es universal, por cada persona que existe en la Tierra, hay una oportunidad de sentirse así, de encontrarnos a nosotros mismos y de descubrir con el tiempo aquello que de verdad nos produce ese cosquilleo, esa sonrisa que aparece en nuestros rostros...
Y luego hay, una cosa esencial para sentirnos así, se llama compartir. Como decía por ejemplo Shotta "La felicidad, si ya la tienes compártela, y si no, no vale na" Y yo estoy de acuerdo con esto. Porque si tengo la suerte de considerarme una persona feliz, porque no compartirlo con aquellas personas que no se sienten así. Quizás cambies una vida, por ser amable con una persona, o quizás te conviertas en un héroe por intentar ayudar a cambiar la vida de algunas personas, quizás tan solo sea suficiente con sonreír todos los días, con ser educado, o con ser uno mismo.
La felicidad, no tiene por qué ser un estado a largo plazo, puede cambiar cada día de nuestras vidas. Porque cada día es diferente, y cada segundo que pasa nos enfrentamos a una nueva realidad, a un nuevo obstáculo. Porque somos capaces de tomar nuestras propias decisiones, y de ver en cada momento lo que creemos necesitar. Esto es a lo que llamamos irracionalidad humana, nuestra naturalidad más pasional.
Y como conclusión, sobre que es la felicidad, creo que no existe una definición universal. Cada persona la vive y la siente a su manera, la manifiesta consciente o inconscientemente como le sale, porque cada uno de nosotros somos diferentes. Y creo que los seres humanos hemos creado ese concepto abstracto de "felicidad" porque es algo que nos sobrepasa, que no creo que supiéramos definir con palabras.
Ya que las palabras no son suficientemente bastas como para abarcar tantas sensaciones diferentes.
domingo, 31 de julio de 2016
Aprensión
Es ese miedo irrefrenable que tenemos todos los seres humanos a expresar nuestros sentimientos. La sensación de fracaso en el cuerpo, de no correspondencia.
Es un miedo psicológico, que creamos nosotros mismos, como medio de auto protección frente al rechazo, frente al disgusto, a la tristeza.
Y resulta ser la forma más estúpida, porque el amor, en cualquiera de sus sentidos nos es dañino sino es correspondido.
...
Todos hemos sufrido o vamos a sufrir el desamor, porque la naturaleza es así. No siempre podemos ser correspondidos en una relación, en una amistad, en cualquier cosa que requiera mostrar un afecto y un cariño mayor por la otra persona. Pero vivir atemorizados por el qué sucederá, no es la solución.
No comprendo porque las personas me miran mal cuando exteriorizo mis sentimientos, sé que es porque tienen miedo, miedo a que sea un mismo sentimiento, miedo a tener que rechazarlo, e incluso miedo a que descubran algo nuevo que nunca han sentido.
Y ahí es cuando yo me pregunto... ¿Qué sentido tiene vivir en un mundo en el cual esté mal visto expresar lo que se siente?
Somos seres humanos, y como tal nos gusta sociabilizar y relacionarnos, ¿Por qué entonces es algo negativo que yo diga lo que siento? ¿Por miedo a que me rechacen?
Eso va a ocurrirnos siempre, pero me parece una tontería no decir lo que sentimos por ello. No hay nada que perder, solo ganar. Puedo ganar que esa persona sienta lo mismo por mí, o tal vez no, pero no significa que vaya a perderla por decir lo que siento. Al contrario, deberíais apreciarlo y tomarlo como un acto de valentía, de naturalidad.
Querida sociedad, creo que deberías reflexionar sobre ello. Dejad a un lado las redes sociales, los prejuicios, los "qué pensaran de mí"... y reflexionar sobre aquellas personas que realmente os han llamado la atención en la vida, o que os llaman y que no os habéis atrevido a decirlas nada por ese miedo irrefrenable que nos corrompe y nos bloquea.
Todos tenemos sentimientos, y todos nos merecemos ser felices. No dejéis de expresaros por miedo.
El amor es maravilloso, descubrámoslo juntos.
*: No lamento no haber llegado a tiempo al último vagón, lamento que me hayas dejado perderlo...
Es un miedo psicológico, que creamos nosotros mismos, como medio de auto protección frente al rechazo, frente al disgusto, a la tristeza.
Y resulta ser la forma más estúpida, porque el amor, en cualquiera de sus sentidos nos es dañino sino es correspondido.
...
Todos hemos sufrido o vamos a sufrir el desamor, porque la naturaleza es así. No siempre podemos ser correspondidos en una relación, en una amistad, en cualquier cosa que requiera mostrar un afecto y un cariño mayor por la otra persona. Pero vivir atemorizados por el qué sucederá, no es la solución.
No comprendo porque las personas me miran mal cuando exteriorizo mis sentimientos, sé que es porque tienen miedo, miedo a que sea un mismo sentimiento, miedo a tener que rechazarlo, e incluso miedo a que descubran algo nuevo que nunca han sentido.
Y ahí es cuando yo me pregunto... ¿Qué sentido tiene vivir en un mundo en el cual esté mal visto expresar lo que se siente?
Somos seres humanos, y como tal nos gusta sociabilizar y relacionarnos, ¿Por qué entonces es algo negativo que yo diga lo que siento? ¿Por miedo a que me rechacen?
Eso va a ocurrirnos siempre, pero me parece una tontería no decir lo que sentimos por ello. No hay nada que perder, solo ganar. Puedo ganar que esa persona sienta lo mismo por mí, o tal vez no, pero no significa que vaya a perderla por decir lo que siento. Al contrario, deberíais apreciarlo y tomarlo como un acto de valentía, de naturalidad.
Querida sociedad, creo que deberías reflexionar sobre ello. Dejad a un lado las redes sociales, los prejuicios, los "qué pensaran de mí"... y reflexionar sobre aquellas personas que realmente os han llamado la atención en la vida, o que os llaman y que no os habéis atrevido a decirlas nada por ese miedo irrefrenable que nos corrompe y nos bloquea.
Todos tenemos sentimientos, y todos nos merecemos ser felices. No dejéis de expresaros por miedo.
El amor es maravilloso, descubrámoslo juntos.
*: No lamento no haber llegado a tiempo al último vagón, lamento que me hayas dejado perderlo...
miércoles, 6 de julio de 2016
An Special Belief
La mayoría de las personas piensan que sólo existen personas buenas y malas en el mundo.
Pero yo creo que no sólo.
Es cierto que hay personas buenas y malas, pero yo voy más allá, creyendo que también existen un tipo de personas que son especiales.
Y con especiales me refiero, a todas aquellas personas con las que tenemos una conexión distinta a la que podríamos tener con cualquier otra, con las que nos sentimos como en casa sin apenas conocerlas, con las que sentimos un sentimiento cautivante al estar con ellas. Pero sobre todo, con aquellas con las que podemos abrir plenamente nuestro corazón, y que sabemos que nos van a escuchar y a entender. Es decir, es como si viéramos reflejadas en ellas una parte de nuestra forma de ser.
Para mi, existen muy pocas personas así.
Son pocas las almas que realmente me impactan y me transforman, aquellas que con unos solos minutos, despiertan una sensación cálida que hace que quiera pasar más tiempo con ellas. Para conocerlas, admirarlas, reírme, adentrarme en sus medios y en sus pasiones, para vivir aventuras con ellas...
Son esas personas que conoces un día por puro azar, un día en el que casualmente vuestros caminos se juntan, y la devoción que despiertan en nosotros hace que queramos seguir entrelazándonos.
En mi vida, he conocido a muy pocas personas que verdaderamente pueda definir como especiales.
Ya que es algo único e inimitable, que sólo vas a vivir con esa persona.
Por eso, esta pequeña reflexión es una oda a esta clase de personas, agradezco a la vida que me pusieran en su camino, y espero poder tener la suerte de conocer a más personas así.
martes, 28 de junio de 2016
La belleza de la vida
Hola amigos,
Hace siete meses que no escribo nada aquí, en uno de los lugares más especiales que tengo. Esto se debe a que ha sido un año muy complicado, y no estoy hablando sólo en el ámbito académico.
Ha sido un año de superación personal, de fuerza, de demostrarme a mi misma la capacidad que tenemos las personas de hacer bien las cosas cuando realmente lo estamos pasando mal. De sacar la luz más amable y más alegre que podía tener en mi corazón.
Ha sido un año bueno y malo, al final muy bueno, con muchas sorpresas y muchas decepciones.
No os voy a contar mi año, porque los que realmente son mis amigos y mi familia lo han vivido a mi lado cada día. Pero ha sido un año en el que descubrir a muchas personas. En el que ha habido gente que se ha bajado del tren de mi vida, y se ha ido para siempre. En algunos casos, es una pena. Pero en otros no, os diré, que se han alejado de mi personas que me hacían sentir mal conmigo misma. Y con las que no podía sacar lo mejor, personas envidiosas, y que solo se preocupaban por sí mismas.
Gracias por hacer que me diera cuenta, por alejarme de vosotros. Por descubrir lo que significan las verdaderas amistades.
También os diré, que ha sido un año en el que he conocido a mucha gente nueva. Gente maravillosa, pura, con unas ganas de divertirse y de sacar lo mejor de los demás. Y no hablo solo de nuevos amigos, hablo de personas que me han ayudado a sacar lo mejor de mí sin apenas conocerlos, que han vivido aventuras inolvidables conmigo, con las que he compartido algunos meses, pero cuya postura ha sido esencial para que esté hoy aquí con una sonrisa.
Y quería agradeceros a todos, vosotros sabéis quienes sois, el estar ahí a mi lado, física o indirectamente.
Por los que se fueron, por los que han llegado, y por los que siguen a mi lado. Gracias a todos vosotros yo soy la persona que quiero ser. Positiva y feliz.
En definitiva, ha sido un año, en el que de verdad os digo, que cuando uno está muy muy mal, lo mejor es seguir luchando. Por uno mismo, y por los demás. Porque todo salvo la muerte, tiene solución. Y tarde o temprano, si te esfuerzas y le dedicas todo tú corazón, saldrá.
No os abandonéis por la decepción ni la tristeza. Hay que intentarlo, caerte y volver a hacerlo.
He aprendido que la vida puede acabarse en un chasquido de dedos, a si que, mejor haber vivido luchando por la felicidad de los demás y la mía, que morir sabiendo que me he rendido.
No hay excusas, se puede, de verdad, si realmente te esfuerzas, sacas la alegría, y esa fuerza de lo más profundo de tú alma. Todo es posible si tú crees en ello. Si crees en ti.
A si que dentro de poco volveré a las viejas andadas, compartiendo pensamientos y poesías con vosotros. Os deseo un muy buen verano a todos.
¡Y a ser felices se ha dicho!
Hace siete meses que no escribo nada aquí, en uno de los lugares más especiales que tengo. Esto se debe a que ha sido un año muy complicado, y no estoy hablando sólo en el ámbito académico.
Ha sido un año de superación personal, de fuerza, de demostrarme a mi misma la capacidad que tenemos las personas de hacer bien las cosas cuando realmente lo estamos pasando mal. De sacar la luz más amable y más alegre que podía tener en mi corazón.
Ha sido un año bueno y malo, al final muy bueno, con muchas sorpresas y muchas decepciones.
No os voy a contar mi año, porque los que realmente son mis amigos y mi familia lo han vivido a mi lado cada día. Pero ha sido un año en el que descubrir a muchas personas. En el que ha habido gente que se ha bajado del tren de mi vida, y se ha ido para siempre. En algunos casos, es una pena. Pero en otros no, os diré, que se han alejado de mi personas que me hacían sentir mal conmigo misma. Y con las que no podía sacar lo mejor, personas envidiosas, y que solo se preocupaban por sí mismas.
Gracias por hacer que me diera cuenta, por alejarme de vosotros. Por descubrir lo que significan las verdaderas amistades.
También os diré, que ha sido un año en el que he conocido a mucha gente nueva. Gente maravillosa, pura, con unas ganas de divertirse y de sacar lo mejor de los demás. Y no hablo solo de nuevos amigos, hablo de personas que me han ayudado a sacar lo mejor de mí sin apenas conocerlos, que han vivido aventuras inolvidables conmigo, con las que he compartido algunos meses, pero cuya postura ha sido esencial para que esté hoy aquí con una sonrisa.
Y quería agradeceros a todos, vosotros sabéis quienes sois, el estar ahí a mi lado, física o indirectamente.
Por los que se fueron, por los que han llegado, y por los que siguen a mi lado. Gracias a todos vosotros yo soy la persona que quiero ser. Positiva y feliz.
En definitiva, ha sido un año, en el que de verdad os digo, que cuando uno está muy muy mal, lo mejor es seguir luchando. Por uno mismo, y por los demás. Porque todo salvo la muerte, tiene solución. Y tarde o temprano, si te esfuerzas y le dedicas todo tú corazón, saldrá.
No os abandonéis por la decepción ni la tristeza. Hay que intentarlo, caerte y volver a hacerlo.
He aprendido que la vida puede acabarse en un chasquido de dedos, a si que, mejor haber vivido luchando por la felicidad de los demás y la mía, que morir sabiendo que me he rendido.
No hay excusas, se puede, de verdad, si realmente te esfuerzas, sacas la alegría, y esa fuerza de lo más profundo de tú alma. Todo es posible si tú crees en ello. Si crees en ti.
A si que dentro de poco volveré a las viejas andadas, compartiendo pensamientos y poesías con vosotros. Os deseo un muy buen verano a todos.
¡Y a ser felices se ha dicho!
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