Está tintada mi mirada
de las lágrimas del cielo
y se marcha el sol con recelo
donde reposa la noche postrada
Van surgiendo en manada,
¡Ay! Señero de tu velo
Muestras ahora tu celo
Por aquella que brillaba
Ya tus ojos reaparecen
Dando paso a la luz de Helios
Que entre sombras se mecen
Y sus sollozos nimios
Al son de tus caricias
muestran tus ósculos ígneos
María Sanjuanbenito Sanagustín
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